Momento Hamilton

Cuaderno de Madrid

“Estamos en un momento ‘hamiltoniano’, sostienen algunas fuentes alemanas al referirse al plan de recuperación europeo. Alexander Hamilton reforzó la dimensión federal de Estados Unidos

Vertical

Escultura de Alexander Hamilton en el edificio del Tesoro estadounidense

Dan Vera - Wikimedia

Lo importante es el plan de reconstrucción europeo. Ese programa, que todavía ha de superar la prueba del próximo Consejo Europeo, en el que holandeses, daneses, finlandeses y austríacos venderán caro su apoyo, supone un cambio de perspectiva muy importante. Estamos ante un momento hamiltoniano , sostienen algunas fuentes alemanas.

[El secretario del Tesoro Alexander Hamilton dio un decisivo impulso a Estados Unidos a partir de 1790 al construir una autoridad económica central que unificó la moneda, estableció los primeros impuestos federales y asumió deudas de los estados federados, contra el parecer de Thomas Jefferson , partidario de unos estados más fuertes, más locales, más agrarios, protegidos por una milicia estatal sin dimensiones de gran ejército. Federalistas y republicanos. La industria y el campo. Las grandes ciudades de la costa y las vastas llanuras del interior. Expansión o virtuosa comunidad. Lazos comerciales con Inglaterra o el adiós definitivo a Inglaterra. Ambos quisieron guiar los pasos del presidente George Washington . Tensiones de ayer, de hoy y de siempre].

La canciller Angela Merkel está devolviendo la pelota a la sentencia del Tribunal Constitucional alemán del pasado 5 de mayo. El tribunal de Karlsruhe (Alemania es un país verdaderamente federal y sus principales instituciones están descentralizadas) ha cuestionado la legalidad de la compra ilimitada de deuda por parte del Banco Central Europeo como mecanismo encubierto de ayuda a los países más apurados de la Unión, entre ellos, España. El tribunal ha invocado el principio de legitimidad democrática ante la ausencia de acuerdos explícitos en las instituciones alemanas sobre la mutualización de la deuda europea. La canciller responde con una propuesta clara de solidaridad después del Covid-19. Una propuesta dotada de un marco objetivo: los presupuestos de la Unión Europea.

Merkel se siente fuerte después que el gobierno federal y los länder hayan podido evitar que el coronavirus se convirtiera en un infierno. La sociedad alemana parece estar entendiendo que el hundimiento social de la mitad de Europa le perjudicaría gravemente. Las grandes empresas alemanas temen la ruptura de las cadenas de valor en el continente. Esa ruptura propiciaría todo tipo de asaltos y operaciones corsarias sobre las grandes empresas y corporaciones europeas, muchas de ellas de matriz alemana o participadas por capital alemán. Las últimas encuestas conocidas sitúan a la CDU cerca del 40%, con la extrema derecha (AfD) por debajo del 10% El ministro francés de Finanzas, Bruno Le Maire , lo explicaba con claridad ayer en una entrevista con La Vanguardia : “La decisión del Tribunal Constitucional alemán ha pesado. Paradójicamente esa sentencia refuerza la necesidad de una acción presupuestaria europea más firme”.

Angela Merkel se siente fuerte. La canciller acaba de advertir que no piensa acudir a la próxima cumbre del G-7, si el presidente norteamericano Donald Trump prosigue en su empeño de celebrar una reunión presencial, para minimizar con esa imagen la gravedad de la pandemia. Pulso alemán con Trump cuando falta menos de medio año para las elecciones presidenciales norteamericanas y los disturbios se extienden por Estados Unidos.

España está mal, pero el proyecto europeo vuelve a situarse en su horizonte, conjurando el caos

Alemania presidirá a partir del 1 de julio el segundo semestre europeo, momento en el que deberá concretarse la letra pequeña del plan de recuperación. El ministro francés de Finanzas, Le Maire, advierte: “No hay tiempo que perder. Confío en que los primeros fondos podrán llegar antes de final de este año. Vamos a entrar en lo más duro de la crisis. Hay que ser claro. Todos hemos amortiguado el golpe, pero vamos a ver una aceleración de bancarrotas, paro y dificultades de empleo. No nos encerremos en los detalles cuando nos viene un tsunami encima”. A la presidencia alemana de la Unión le corresponderá, por tanto, concretar, ajustar y agilizar los detalles de un acuerdo histórico, que no habría que confundir con un milagro.

No caerá maná del cielo. La historia se construye a base de espesas refriegas, a veces difíciles de entender en tiempo real. Las grandes pugnas se deciden en el interior de episodios muy concretos. Hamilton y Jefferson, por ejemplo, libraron un gran pulso con la tasa sobre la producción del whisky. Hubo revueltas por los impuestos sobre el whisky. Las refriegas pueden llegar a crear climas muy tensos y asfixiantes como el que hemos vivido esta semana en España. Por encima de las refriegas todo el cielo es limpio, pero no hay aire.

Ha empezado ya la lucha por la composición política y social de las coaliciones que gestionarán el futuro

Sería bonito que en España en estos momentos se discutiese muy educadamente sobre el momento hamiltoniano que parece proponernos la cancillería alemana. Sería muy interesante que el debate se centrase de manera diáfana y exquisita sobre el doble reto de los próximos tiempos: cómo evitar que la deuda pública alcance unas dimensiones imposibles de gestionar y cómo modernizar el sistema productivo en favor de la industria, la tecnología, la sanidad y el medio ambiente, en detrimento del rentismo y el abuso del ladrillo. Es decir, cómo intentar salir de esta desgracia con una nueva modernización del país que evite una depauperación general y una peligrosa eclosión de la economía opaca, con actividades y zonas geográficas fuera de la ley. Posiblemente el mayor riesgo para España en los próximos años sea el de la eclosión de una economía delictiva difícil de controlar. Con millones de personas al borde del paro y la pobreza es imposible soñar con un país sin tremendas refriegas.

Lo importante es que el proyecto europeo vuelve a situarse en el horizonte de la sociedad española en un momento que podría ser de pura desesperación y caos. No caerá maná del cielo, pero se perfila un horizonte. ¿Qué nos dicen las refriegas? Las terribles pugnas de estos días nos explican que se está empezando a pelear, con dureza, por la composición de las coaliciones políticas, sociales y territoriales que van a gestionar el programa de ayuda. El momento Hamilton excluye, por supuesto, la fragmentación de los estados nacionales europeos.

(“Por encima de las refriegas hay limpieza, pero no hay aire.”

Philippe Rickwaert, protagonista principal de la serie televisiva ‘Baron Noir’)

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