Castilla y León replica al Gobierno: «Es el peor momento para subir impuestos»
Los empresarios también ven perjudicial el aumento tributario, que sí apoyan los sindicatos
La crisis global que está provocando la pandemia del Covid-19 (sanitaria, social y económica) dibuja un «momento complica y difícil», reconoció ayer el consejero de Economía e Industria, Carlos Fernández Carriedo , para quien precisamente por eso «son los peores momentos para subir los impuestos». La Junta de Castilla y León no comparte el incremento impositivo de cara al próximo ejercicio planteado por el Gobierno central en el Proyecto de Presupuestos Generales del Estado presentado ayer e incluso considera que no ayudará a salir del pozo en el que el coronavirus ha sumido a la economía. «Cualquier medida que retenga la recuperación y que impida la creación de empleo nos parece perjudicial», consideró Carriedo.
Aunque no entró a valorar el aumento tributario del IRPF a las rentas altas y el de patrimonio y sociedades, el consejero sí censuró el aumento planteado por el Ejecutivo de coalición de PSOE y Unidas Podemos que prevé subir los tipos en sectores «concretos» con especial importancia en Castilla y León. Es el caso del mayor gravamen vía IVA de las bebidas azucaradas y que «repercute» en cultivadores de remolacha -Castilla y León es la principal productora en España-, la industria transformadora y la ya tocada hostelería. También «nos preocupa» que el aumento relativo a la automoción, sector con especial peso en la economía de la Comunidad.
«Encarecer es perjudicial», advirtió Carriedo. «Siempre que se suben impuestos se está frenando la recuperación y acelerando el riesgo de recesión», añadió.
También «totalmente en contra» de la subida, Cecale. El presidente de la Confederación de Empresarios de Castilla y León, Santiago Aparicio, rechazo el incremento impositivo y más en este momento de «recesión brutal». Advirtió de que puede llevar a que «huyan» las empresas, con lo que se va a «dañar mucho» la economía y recaudación.
Visión distinta desde los sindicatos. Desde UGT, Faustino Temprano consideró que «apostar por el estado del bienestar significa tener más impuestos y subirlo», bajo la premisa de que «el que más tenga más pague», pero sin poner en «riesgo» a los sectores productivos. Desde CCOO incidieron también en la necesaria reforma del sistema impositivo «más progresivo».
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